martes, 31 de enero de 2012

Construir para transformar

La orquesta del Titanic: seguir tocando aunque se hunda el barco. Eso hemos sido este último mes: la orquesta. Y el barco.
Hay cambios en Cuentos Cortos: la librería de la calle Arzobispo Morcillo 44 de Zaragoza cierra su puerta. Seguirá por internet, y en un nuevo local cuando las circunstancias quieran. La serie continuará, un nuevo vídeo por semana. Aún queda mucho por ver, porque aún queda mucho por hacer. Porque Cuentos Cortos ni se crea ni se destruye: sólo se transforma.
Seguiremos informando.

viernes, 20 de enero de 2012

Las situaciones no se pueden posponer, tampoco se pueden prever. Había una vez un hombre que amaba la inmortalidad, lo quería todo en esta vida menos morirse, y cuando consiguió tener la inmortalidad frente a frente y mirarla a la cara, le dio mucho miedo y retrocedió, se hizo pequeño, grande, gilipollas, aclamado y maldecido. Las situaciones no se pueden prever, tampoco se pueden posponer. Había una vez un hombre sabio, que amaba los libros, quería aprenderlo todo de esta vida, incluso morirse, desnudo como nació, y dejar aquí nada, pues nada había traído consigo. Y cuando consiguió tener la muerte frente a frente y mirarla a los ojos, la muerte se acobardó y le concedió un poco más de tiempo. Una pequeña eternidad más. Que no se podrá posponer, ni tampoco prever.

martes, 17 de enero de 2012

Cuentos Cortos · Manuel M. Forega

Cuentos Cortos, serie de entrevistas y charlas con artistas en Zaragoza. El poeta y crítico Manuel M. Forega recuerda sus comienzos como escritor, nos habla de la bipolarización cultural y política que se está dando en España, del oficio de la escritura, de la necesidad de criterio y esfuerzo a la hora de escribir, y del lugar que puede ocupar la poesía dentro de los movimientos sociales:







También nos habló sobre la visión estética, la historia, la originalidad y la exigencia en la escritura, y de la relación entre la poesía y su contexto:




Recordó la situación política y poética de la República Checa durante una época en la que él viajó y vivió allí:

 

Y recitó poemas de sus libros Cuerpo de la edad, He roto el mar, Berna, 333 días y Ademenos:


martes, 3 de enero de 2012

Ecos

Aún los sientes en algunas calles de la ciudad. Las luces intentan apagarlos. No se habla de ellos en televisión. Los niños se alejan. Ellos siguen aquí, en calles oscuras tan cerca y tan lejos del centro (el centro comercial que ahora es el centro de la ciudad). Si escuchas con atención, aún resuena en tus ojos el primer llanto de Larra, el 'sí, quiero' de Rosalía, las peleas en verso de Góngora y Quevedo, aún huelen las Flores de Neruda. Todos siguen ahí, aquí, y tantos otros, aunque los ignoren, aunque no los anuncien en el telediario (pues ¿qué es hoy en día el periodismo sino otra forma de publicidad?). Están aquí, y poco ha cambiado nada desde que estuvieron aquí. Las mismas miserias, metal en vez de madera, plasma en vez de papel. Todo es lo mismo.