jueves, 1 de septiembre de 2011

Ecos do verão

Quando todo o brilho da cidade
me escorre pelas mãos, que já não são
mais que fugidios ecos do verão,
a música dos dias sem idade
subitamente como fonte ou ave
rompe dentro de mim - e nem eu sei,
neste rumor de tudo quanto amei,
se a luz madrugou ou chegou tarde.

Eugénio de Andrade,
en su libro 'Até amanh
ã' ('Hasta mañana') de 1956.

Cuando todo el brillo de la ciudad / se me escurre por las manos, que ya no son / más que fugaces ecos del verano, / la música de los días sin edad / súbitamente como fuente o ave / rompe dentro de mí - y ni yo sé, / en este rumor de todo cuanto amé / si la luz madrugó o llegó tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La luz, entre los amantes, llega siempre a tiempo, porque la luz son ellos.